Lo virtual y lo real
Asambleas on line
Jorge Garaventa es psicólogo, y un verdadero hombre-medio. Además de su profesión, coordina y modera foros de debate por Internet, a través de los cuales la gente puede intercambiar ideas y propuestas, y en los que el propio Garaventa distribuye información seleccionada sobre temas específicos (desde niñez, ética y psicología, hasta asuntos políticos y sociales). Detalles sobre el funcionamiento de estas asambleas, y cómo lo virtual se materializa cuando sale a la calle.
Jorge Garaventa es un psicólogo que jamás se conformó con aquello que él
define como una vida normal: del consultorio a casa y de casa al consultorio.
Durante muchos años, pensó que si era gremialista de los psicólogos, algunas
cosas de la realidad se podían transformar. Sin embargo, llegó el día en que,
según sus propias palabras, se le “agotaron las instituciones” y se hartó de la
“militancia clásica”.
El 5 de diciembre de 1998, Garaventa adquirió su primer computadora y, aunque ni
siquiera sabía cómo encenderla, ya tenía bien en claro para qué la quería:
transmitir información y opiniones a través de e-mails. Así fue como desde las
11 de la noche hasta las 5 de la mañana de aquel día estuvo pasando sus treinta
contactos a una lista, para empezar a compartir datos sobre eventos relevantes
para el mundillo de la psicología. Aprovechaba también y enviaba sus propios
comentarios políticos sobre la agenda cotidiana.
Durante dos años, Garaventa también alimentó este espacio con algunos artículos
periodísticos y científicos que aparecían en distintos medios. Mientras todo
esto sucedía, la libreta de direcciones crecía sin parar y este sistema
artesanal de comunicación empezó a ser reconocido en el mundo psi bajo el
enigmático nombre de “las listas”.
En 2001 Garaventa fundó su primer foro por mail: Ética y Psicología del cual
participan hoy 800 personas. “El mecanismo de estos foros es sencillo: alguien
manda un mail y llega a todas las casillas. Cualquiera de los suscriptos lo
responde sencillamente haciendo reply y su respuesta realiza el mismo recorrido.
Los debates en estos foros tienen gran repercusión en el mundo psi”, explica
Garaventa.
Además de Ética, Garaventa creó y modera los siguientes foros: Psicología y
Niñez, que lleva 4 años de vida y cuenta con 799 participantes; Clínica y
Psicopatología, que a lo largo de 3 años sumó 788 participantes; Academia Freud
cumplió un año con 296 participantes; Pensar lo Social acumuló, en los primeros
6 meses, 238 participantes.
Sin embargo, una de las experiencias más novedosas la constituyó el foro
Justicia por la Masacre de Cromañón, en donde psicólogos y psiquiatras se
sumaron a familiares y sobrevivientes para pensar de manera conjunta estrategias
de supervivencia. Además de organizar un verdadero movimiento político que llegó
a su punto cúlmine durante el juicio político a Aníbal Ibarra, trabajaron
también en las necesidades afectivas y de contención de un grupo de casi 500
personas. El grupo de psiquiatras ya venía trabajando en un foro que se llamó
Pensar Cromañón y que duró 90 días luego de los cuales, decidieron sumarse a
Justicia por la Masacre de Cromañón.
-¿Cómo fue ganando esos espacios, desde que tenía 30 contactos hasta los más
de 6000 suscriptos que tiene hoy entre los distintos foros y listas?
-Hubo una confluencia coincidente de circunstancias, algunas ponderables y otras
no tanto. En mi pasaje por las instituciones gremiales psi había dejado una
buena impresión, de modo que hubo una “apuesta en confianza” de los primeros
suscriptores. El resto ya es adjudicable al trabajo cotidiano constante. Se
empezó a difundir de boca en boca la existencia de estos espacios gratuitos que
proveían información, notas periodísticas y artículos
científicos...absolutamente todos los días. El movimiento popular de diciembre
del 2001 le dio empuje, como a otros espacios pero la supervivencia y
crecimiento fueron garantizados por nuestra tarea cotidiana y la honestidad de
nuestras comunicaciones. Diría que se formó y consolidó una red que se reproduce
a si misma. No es difícil armar estos espacios. Lo difícil es sostenerlos en el
tiempo y fundamentalmente lograr que crezcan en calidad y cantidad, y en eso si
es fundamental la cantidad de horas cotidianas que uno esté dispuesto a donar. O
sea, la convicción ideológica debe ser muy firme.
-¿Hasta dónde puede llegar un foro?
- Para mí, la movida santiagueña fue la cumbre. Me acuerdo que en el segundo
aniversario de las muertes de las chicas de la dársena (Leyla Bshier Nazar y
Patricia Villalba fueron asesinadas en 2003) me invitaron a hablar en la marcha.
Lo que hicimos ahí fue denunciar el abuso sexual al que estaba siendo sometida
una nena por su padre, un funcionario del gobierno de Juárez. Nosotros recibimos
la información a través del foro y en un momento dijimos: “Tenemos que ir a
Santiago del Estero”. Cuando vi tanta repercusión en Santiago del Estero, me
preguntaba: “Después de esto ¿qué? ”
-¿Y qué pasó?
-Hoy vas a un congreso de abuso sexual infantil y difícilmente encuentres
especialistas que no estén en los foros. En los fundamentos del pedido de
intervención a Santiago del Estero aparece lo que sucedió en la movida
santiagueña: lo que nosotros hicimos en los foros, que terminó en una
movilización muy fuerte. Hay gente que cuestiona mucho la virtualidad y lo que
yo digo es que el problema es si todo queda en la virtualidad misma. Nosotros lo
que hemos comprobado es que si esto sale a la calle, produce efectos concretos.
-¿Por qué le parece que en este momento se multiplican y cobran fuerza este
tipo de experiencias?
-Lo que yo veo es que hay una cosa de descrédito muy grande de los medios. Si
vos querés saber sobre género, en serio, difícilmente te recomienden libros o un
curso, probablemente te digan metete en RIMA o suscribiste a Artemisa. Hoy esto
tiene mucho más peso, es mucho más confiable.
-¿Por qué?
- Lo que yo puedo decir es que la gente confía en los foros cuando hay una
disciplina de trabajo y una orientación ideológica. Cualquiera que vaya a los
foros, lo primero que tiene que saber es que nosotros trabajamos desde una
perspectiva de género, que descreemos de los medios masivos de comunicación, que
trabajamos contra la violencia hacia los niños y las mujeres y esencialmente que
sostenemos el pensamiento independiente no partidario. Todas estas cosas dichas
con coherencia durante tanto tiempo me parece que es lo que lo hace creíble.
-¿Qué puede debilitar o romper un foro?
-Hay circunstancias externas y hay otras cuestiones internas. Te cuento dos o
tres anécdotas de foros que se cerraron: Hace unos años, uno de los foros que
había armado era Psicología y Minoridad, en donde se trabajaba fundamentalmente
sobre violencia contra la niñez y abuso sexual infantil. El tema es que hay
disputas muy fuertes entre los profesionales que denunciamos los hechos y un
sector de la Justicia e incluso un sector de padres que están separados de sus
hijos porque han cometido abuso o han sido separados por maltrato. Este grupo de
padres –nucleados en diferentes instituciones- entró en el foro, invadió y
empezó a tergiversar los objetivos. Las denuncias que nosotros hacíamos eran
invalidadas, se trataba de llegar a un clima de violencia, de discusiones
bastantes fuertes, e incluso llegaron una serie de amenazas telefónicas al
moderador y a algunos integrantes fuertes del grupo. Eso hizo que yo tuviera que
tomar la decisión de cerrar por protección y porque ese estaba desvirtuando el
foro. Estuvo cerrado unos meses y después lo volví a abrir con otras
características. La suscripción es moderada y la participación también: los
mensajes llegan al moderador, el moderador los aprueba y recién ahí empiezan a
circular. Así se cerró también uno sobre los años 70, que era muy fuerte pero
era tanto el nivel de actualidad y virulencia que era muy difícil de sostenerlo.
En este foro se trabajó la cuestión de las organizaciones guerrilleras. En ese
momento el tema se polarizó rápidamente entre quienes sostenían que la lucha
armada se justificaba, se entendía y que en el contexto de las políticas de los
70 era perfectamente aceptable la vía armada y aquellos otros que sostenían que
de ninguna manera la violencia era admisible como arma política. Al lado de eso
estaban los clásicos que sostienen la teoría de los dos demonios. Lo que yo
entendí rápidamente es que no estaban dadas las condiciones todavía para
sostener un foro con esas características. Era muy difícil bajar el nivel de
agresión.
-¿Cuáles son los límites desde adentro del Foro?
- Primero el foro tiene que ser temático y moderado. Si fuiste convocado a
participar del Foro de Etica y Psicología, no vas a recibir cadenas, no vas a
recibir mensajes de otra índole, no vas a recibir temas que no te interesaban en
el momento que te suscribiste. Esto contiene mucho al espacio. Al foro tenés que
incentivarlo todo el tiempo, hay que estar alerta para saber dentro de las
temáticas globales, qué cosas pueden interesar y servir para generar discusión.
Si eso no ocurre, el foro empieza desvanecerse. Hay ejemplos: uno de los
primeros foros se llamó Grupal. La idea era trabajar todos temas que tenían que
ver con la grupalidad y la política. Ese foro hizo escuela durante las primeras
épocas. Un día el moderador dijo que se había cansado, que no le interesaba más.
Dejó el foro sin moderación y empezó a caer, caer, caer hasta que desapareció.
-¿Piensa que el foro sirve si genera encuentro entre sus miembros o no se
cuestiona tanto el tema de la virtualidad?
-La idea mía no es convertirnos en una agrupación sino que esto funcione como un
motor para que después cada uno vaya a sus espacios cotidianos a llevar lo que
se trabaja en los foros. Esto fue una revolución: en abuso sexual infantil, por
ejemplo, se logró armar una red a nivel nacional que surgió en los foros de
Psicología y Niñez y en Ética y Psicología. Hoy hay profesionales en todo el
país trabajando y denunciando el tema, y ahí se vuelve a ver cómo la frontera
entre lo virtual y lo real se borra, y sirve para poder concretar acciones.
(Recursos: jorgegaraventa@hotmail.com, o jorgegaraventa@hotmail.com.ar)
Lavaca Editorial
publicada 10/07/2006