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Cromañones Sin Destino

 

Jorge Garaventa

 

¿Por qué ocurrió Cromañón si ya había ocurrido Kevys? Tal vez por la misma razón que murió Ruben Carballo luego del recital de Viejas Locas, cuando antes había muerto Walter Bulacio en un recital de Los Redondos, o, vuelan la AMIA cuando antes habían dinamitado la embajada de Israel.

Los hechos sociales suelen responder a una lógica contundente con mecanismos internos que permiten alguna lectura sobre la dinámica de la repetición. El hilo conductor que zurce los hechos mencionados proviene del carretel de la impunidad.

Impunidad y olvido van de la mano y el camino obligado desemboca, casi necesariamente en la repetición. No está de más puntualizar que no en vano los psicoanalistas la relacionan con la pulsión de muerte. Y la repetición se emparenta con el olvido. Aquello que no ha podido ser pensado permanece latente e inalterado, presto a irrumpir nuevamente.

En Cromañón la decisión político- judicial no fue hacer Justicia sino que alguien fuera preso, y las diferencias son abismales. La Justicia es, valga la redundancia, justa y abarcativa. No tiene simpatías y sabe de su indelegable rol de crear conciencias a través de la reparación simbólica hacia las víctimas que significa la sanción a los responsables. El fallo sobre la masacre de Cromañón estableció que los funcionarios no tienen ninguna responsabilidad sobre las personas a las que eligen para que los acompañe en su gestión. Pavada de guiño a la clase política!. Dijo que dudaba de la culpabilidad de Callejeros aunque para ello haya debido recurrir a una discursiva confusa que llevó a los jueces a refutar insólitamente dichos de integrantes de la banda que los auto involucraba, y finalmente manda presos a Chabán y a Argañaraz.

Los Jueces mostraron  no estar a la altura de la tarea que se necesitaba de ellos. Actuaron con formalidad ante la evidencia pero no tuvieron voluntad jurídica de avanzar sobre la estructura de la corrupción y sus mecanismos, que subyacen tras las 194 muertes.

La reflexión judicial y consecuente condena a toda la cadena de producción de ilícitos hubiera impactado de otra forma en la epidermis social. Tal vez se hubiera comprendido que la cosa no pasa por una puerta de emergencia sino por un camino hacia una ética humanista que permita entender que ningún negocio vale poner en riesgo 194 vidas. Al no ocurrir nada de eso, se abre el camino a la trasgresión sofisticada, aquella que transita senderos de elusión irresponsable, que camina ostentosa y vanidosa hasta que un día se les incendia el boliche y todo se pone en cuestión, siempre y cuando un fallo no les comunique que el show…puede seguir. Ha entrado en una casilla corrupta…debe volver al principio…diría un juego de la Oca que nada tendría de juego.